EFECTOS DEL ALCOHOL EN EL CUERPO ¿REDUCE EL CONSUMO DE ALCOHOL LA SECRECIÓN DE TESTOSTERONA?

Olimp Sport Nutrition
2018-03-20
EFECTOS DEL ALCOHOL EN EL CUERPO ¿REDUCE EL CONSUMO DE ALCOHOL LA SECRECIÓN DE  TESTOSTERONA?
El más popular de los estimulantes, consumido en diversas ocasiones y con una oferta rica en sabores a escoger, para celebrar reuniones familiares o con amigos, acompaña a la humanidad desde siempre. Sin embargo, tiene efectos tanto para la salud como para el cuerpo. Hablamos aquí del alcohol. ¿Influye también en los resultados del entrenamiento?

Empezando el análisis por los principios, el consumo moderado puede ser saludable (siempre que se tenga prudencia y beba alcoholes adecuados). Sin embargo, un consumo excesivo contribuye al deterioro de los órganos internos, aparición de enfermedades graves y acumulación del tejido adiposo en exceso.

 

Valor calórico del alcohol

El whisky tiene la mayor nota (250 kcal por 100 g), detrás de él está el vodka puro  (220 kcal en la misma cantidad), luego siguen la cerveza (67 kcal), y los vinos blanco (66 kcal) y tinto (60 kcal). Sin embargo, tanto el vino como la cerveza tienen al mismo tiempo vitaminas y componentes minerales.

 

Las circunstancias que acompañan al alcohol, es decir, cantidad, comida durante su consumo o falta de la misma, consumo de bebidas de alto valor calórico, etc., tienen importancia enorme y crucial en este caso. Dado que pocas veces el consumo del alcohol equivale a beber un vaso de vodka puro. Por lo tanto, el análisis debe tratarse de manera completa teniendo en cuenta el fondo situacional y las calorías procedentes de otras fuentes que acompañan al alcohol.

 

Efectos del alcohol en el plan de entrenamiento

Los estudios detallados incluían la verificación de los efectos del alcohol consumido tras un entrenamiento intenso y antes de empezarlo. En el primer caso, fue una dosis bastante grande, hasta 1,5 g por 1 kg de peso corporal, mientras que en el segundo se analizaron dos variantes, entrenamiento bajo la influencia de alcohol y ejercicios al cabo de 13 horas tras su consumo, es decir, con la llamada resaca.

 

Los resultados demostraron su influencia en el nivel de testosterona en hombres y una influencia mucho menor en su producción en mujeres.

 

La influencia del alcohol combinado con el entrenamiento depende, por lo tanto, del género y es recomendable que los hombres separen estos dos placeres en el tiempo. Sin embargo, cabe mencionar que el consumo ocasional del alcohol no tiene contraindicaciones durante la realización de un plan de entrenamiento.

 

Alcohol y masa muscular

Los estudios de la síntesis de proteínas desde el punto de vista de consumo de alcohol son muy escasos. Sin embargo, de los experimentos realizados en ratas resulta claro que el anabolismo de proteínas musculares se reduce en contacto con el alcohol consumido. Hablando de una manera más simple, el alcoholo influye en la reducción del ritmo de crecimiento muscular.

 

Como los estudios se realizaron en ratas y no en personas, es difícil evaluar el tamaño del fenómeno y relacionarlo con peso, género, edad, cantidad del alcohol consumido y su transposición directa, en números, a la reducción o inhibición del aumento muscular. Sin embargo, no cabe duda que esta influencia existe.

 

Alcohol y testosterona

Dado que al análisis se sometió la masa muscular, no podemos dejar aparte el sistema endocrino. Ya que, como resultado, el alcohol afecta considerablemente al mismo. Los estudios realizados, esta vez ya en las personas, han demostrado que en el caso de las mujeres, el alcohol no afecta tanto al nivel de testosterona, en muchas de ellas se ha observado hasta su aumento. Lamentablemente, en el caso de los hombres, los resultados demuestran otra tendencia.

 

En los hombres que tomaron 40 g de alcohol al día,  lo que es una dosis más bien pequeña,  la caída del nivel de testosterona fue baja (aproximadamente 6,8%). El aumento de la dosis hasta 1,5 g por 1 kg del peso corporal (lo que da aproximadamente 128 g para un hombre de 85 kg de peso) provocó la caída del nivel de testosterona hasta en un 23%. Fácilmente podemos imaginarnos la escala en el caso de un consumo regular de grandes cantidades de alcohol.

 

También se investigó la influencia del alcoholo en otras hormonas, adrenalina, noradrenalina y cortisol. Su nivel se verificó en los hombres que entrenan tras el entrenamiento. Los análisis demostraron la ausencia de diferencias en los hombres tras el consumo de alcohol y en los que hicieron el entrenamiento sin haber consumido nada.

 

De lo anterior resulta que el consumo de pequeñas cantidades de alcohol de manera transitoria y ocasional puede considerarse no problemático y sin influencia en el nivel de hormonas, incluyendo el nivel de testosterona. Sin embargo, su consumo regular, sin duda, contribuye a la reducción de su secreción.

 

Alcohol y electrolitos

Es otro aspecto que requiere reflexión. No es secreto alguno que el consumo de alcohol aumenta la micción y, por lo tanto, provoca deshidratación. Y esto conduce a una pérdida importante de electrolitos. Y dado que esta situación se refiere tanto al ejercicio "bajo  la influencia", como al ejercicio realizado antes de que el organismo recupere su forma, es aconsejable esperar tras una fiesta hasta que nos vayamos al gimnasio para entrenar.

 

Influencia de alcohol en el tejido adiposo

El alcohol se oxida hasta el ácido acético y llega a la sangre. Básicamente, circula en la sangre, excretado en cantidades pequeñas con el sudor, respiración y orina. Así empieza el proceso de su digestión y el propio alcohol se hace el componente nutritivo más importante usado por el organismo para obtener energía. En el proceso de digestión se marginalizan otras fuentes de energía (proteínas, grasa). La mayoría del alcohol se metaboliza dejando solo un 5% en forma de un tejido adiposo. A pesar de que se considera a veces que tiene un valor calórico relativamente alto, es un enemigo un poco demasiado demonizado.

 

Bueno, estas son las cifras. Sin embargo, cabe recordar que al consumo de alcohol le suele acompañar un consumo elevado de alimentos. Esto depende de circunstancias en las que se toma alcohol (fiestas muchas veces con las mesas muy cargadas). Además, el alcohol en forma líquida tiene bajas capacidades de inhibir el apetito.

 

Y aquí de nuevo los estudios realizados demostraron la diferencia según los géneros. Una porción de alcohol pequeña y consumida ocasionalmente protege a las mujeres contra la obesidad. Un aumento excesivo significa un efecto completamente inverso. Sin embargo, al mismo tiempo, las mujeres que consumen alcohol en exceso pueden sufrir de miopatía, una enfermedad muscular degenerativa.

 

En hombres que consumen más de 1 cerveza al día se ha observado un peligro elevado de obesidad abdominal.

 

Desde luego, para el crecimiento del tejido adiposo importa la selección de alimentos consumidos junto con el alcohol. La tendencia se ha observado en personas adictas, el alcohol en su menú ha sustituido muchos productos ricos en calorías. Por lo tanto, se ha observado una reducción importante de peso y tejido adiposo. Sin embargo, teniendo en cuenta el balance de pérdidas y ganancias, es obvio que el consumo de alcohol no podrá tratarse como una forma de dieta.

 

Alcohol y dieta en el plan de entrenamientos

Lógicamente, el consumo de alcohol en pequeñas cantidades y con una frecuencia moderada básicamente no influye en la dieta desde una perspectiva global. Sin embargo, cabe prestar atención a su combinación con nutrientes no necesariamente bien elegidos, el suministro de proteínas, grasa y carbohidratos es menor y, por lo tanto, disminuye la cantidad del material constituyente administrado.

 

Además, dado que la estabilización del peso corporal se relaciona con el apetito, aquí el alcohol resulta importante. Los estudios llevados a cabo han demostrado que las personas que antes de la comida han tomado alcohol consumen mayores porciones que las personas que han tomado bebidas no alcohólicas. En las primeras, la sensación de saciedad ha aparecido mucho más tarde.

 

En situaciones esporádicas y ocasionales, esto parece poco importante, pero si a los resultados de los estudios se añade el criterio de consumo frecuente, el aumento del peso con el simultáneo empobrecimiento de nutrientes, básicamente está garantizado.

 

Todo con moderación

Fundamentalmente, es difícil demonizar el alcohol y tratarlo como "enemigo público número uno" del entrenamiento. Siempre que se consuma con moderación y prudencia. Además de las cifras y estadísticas, cabe recordar que hasta después de una noche de sueño, el estado de ánimo después de una fiesta puede estar muy bajo, lo que indudablemente no tiene efectos positivos en el plan de entrenamiento.